"Golpe de Calor"
Desperte de una noche en la que solo sude y nada de descanso. Increíble que aún con el ventilador en la máxima potencia sea capaz de transpirar como si estuviera corriendo. Son las 7 de la mañana y el sol no da descanso, la temperatura se eleva con cada minuto, con cada movimiento corporal. Me baño para salir lo más fresco posible a la calle, pero a esta altura lo dudo que pueda lograr mi cometido.
Tengo que apurarme si quiero estar ahi a las 9, no puedo llegar tarde siendo la última oportunidad que se me dio. Salgo y al ver que son las 8:15 aprieto el paso porque la "combi" pasa a cuadras de aqui. Caminando rápido asumo las consecuencias que esta acción tendrá cuando deje de hacerlo. Llego a la parada de mi transporte y espero, solo espero, y espero más.
El calor, el sudor recorriendo tanto mi espalda como mi rostro, ver el reloj y darme cuenta que ya la mañana llego a ser las 8:30, el sol apenas saliendo y ya mostrando su esplendor, todo eso hace que mi ansiedad vaya creciend. El tiempo pasa, el calor aprieta y "la combi" no llega.
Miro mi reloj de nuevo y siendo las 8:37 el transporte hace su aparición a lo lejos. Cruzo los dedos para que haya lugar suficiente como para no ir oliendo el aliento de los demás. El ritual de los entrelazar los dedos no sirvio para nada. Me siento en el pequeñísimo lugar que la gente me regala con los movimientos que igualan los de una morsa tratando de moverse en una playa. Ya estando adentro el vapor es increíble, realmente es un sauna. La prisa hace ver mi reloj una y otra vez. Hay mucho tráfico como para ser un simple martes, si a eso le sumamos que la combi para a diestra y siniestra al antojo de los pasajeros, el tiempo como dicen por ahi "es oro".
8:49, calor infernal, incómodo como emo en misa dominical, ansioso por llegar, enojado por los múltiples enfrenones de la combi y cansado de pasar el cambio o el pasaje al conductor como resultado del lugar más jodido del transporte.
Mi paciencia se agota, de por si es corta y estando asi se potencializa mi neurósis. Justo a unas cuadras de llegar como para cereza del pastel, se sienta a mi lado un señor que estoy seguro la noche anterior se tomo hasta el agua de los floreros.
Con un pequeño codazo me dice:
-Se lo pasa al chofer.
No se que fue lo que me molesto más, si la forma tan pendeja de pedir las cosas, el aliento alcóholico o el calor infernal. Al voltearme y ver la cara del tan cínico personaje no pude evitarlo.
.......
Llegue tarde a la cita, la camisa empapada por correr para tratar de estar a tiempo, la mano lastimada por la boca del crudo amigo, una sonrisa en el rostro y con un insoportable calor.